jueves, 12 de marzo de 2015

HERNÁN MOLINA, EL NOI DE CALDES


El sábado día 7 de Marzo, como habíamos proyectado días antes,  los compañeros Juan Carricondo, Juan Manrique Faus y el narrador, Enrique Mayo: Nos dirigimos hacia la población de Caldes de Montbui, donde nos esperaba nuestro compañero de la Asociación Andrés Hernán Molina, hijo del Cuerpo y educado profesionalmente en la antigua Academia de Úbeda. Cuatro Compañeros que habíamos prestado servicios de Carretera, en el Destacamento Especial de Tráfico de Barcelona.

Hacía tiempo que pensábamos  realizar esta visita, pero por diversas causas, no llegaba el momento.
Amaneció un día primaveral, con un sol radiante de 17 grados. Salimos a las 9 de la mañana, con la ilusión de hacer esta visita y pasar un día de  “pueblo”, aunque Caldes ya es una pequeña ciudad. La visita se redujo a una mañana.
Durante el trayecto, comentábamos el cambio que han experimentado las carreteras, en comparación con las que nosotros, habíamos prestado el servicio. Autopistas, autovías, carreteras, cruces accesos, entradas, salidas todo un laberinto de carreteras que apenas te da tiempo a leer los carteles.

Sobre las 9´30 h. llegamos a Caldes, plaza de Cataluña, donde nos esperaba Andrés. Después de los saludos de rigor nos dispusimos sin más dilación de tiempo a almorzar, en un establecimiento próximo. “Pa amb tumaquet, amb pernil”, como es típico.


A partir de aquí, toma la iniciativa nuestro anfitrión Andrés. Visitamos su morada, y saludamos  a su esposa. La casa, muy confortable y decorada con motivos diversos, de la profesión que tanto queremos los componentes de la guardia civil, también se apreciaba cierto espíritu religioso, pues Andrés es muy católico y practicante, había cuadros imágenes etc. Todo muy conjuntado.

Comenzamos nuestro paseo,  visitando la Santa iglesia Parroquial, dedicada a Santa María, las Termas Romanas, la Font del LLeó, de donde manaba agua a 75 grados,  y el Hotel Balneario “Termes Victoria”.

Nuestro amigo Manrique Faus, nos llevó a la destilería “La Vallesana” que él conocía, donde nos compramos una botellita cada uno, de un licor exquisito, llamado “La Flor del Remei”.

Agotado el tiempo, nos despedimos con los mejores deseos de vernos pronto. Adiós Andrés, “hasta pronto”.

Regresamos a Barcelona a la hora de la comida con la familia. Enrique Mayo.

1 comentario:

  1. Gracias amigo Enrique por hacerme recordar aquellos tiempos en que los cuatro" íbamos en moto por aquellas carreteras" , que no son las mismas que vimos el otro día, cuando visitamos " al Noi de Caldas".
    Pasé una mañana muy agradable , me alegré mucho de ver a nuestro compañero Hernán Molina , y os envío un fuerte abrazo a los tres.

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